El último baile de Kobe Bryant

Creo que no soy capaz de entender el baloncesto sin la "Mamba Negra". Para unos, un jugador que ha estado en la cumbre del baloncesto mundial, para otros una simple estrella de la NBA durante bastantes años, pero para un gran grupo de aficionados, en el que yo me incluyo, una leyenda del deporte de la pelota naranja.



Ayer, 13 de abril de 2016, dijo adiós uno de mis ídolos, Kobe Bean Bryant. A las 04:30 de la madrugada (hora española) en la ciudad de Los Ángeles, el mítico 8 y 24 del conjunto de oro y púrpura, disputó un encuentro de ensueño sobre el parqué de un Staples Center, que ya había comenzado a homenajearle fuertemente unas cuantas horas antes de un choque en el que el resultado no importaba. Una frase pronunciada por su ex-compañero Shaquille O'Neal, que le retaba a meter 50 puntos; una entrevista en las horas previas con los integrantes de "NBA México" y el conocimiento del precio de las entradas vendidas, ninguna por debajo de los 800$, serían tres pequeños detalles que le servirían como motivación antes de disputar una última batalla que le llevaría directo al Olimpo.

Porque con Kobe, todo es posible, con trabajo y sacrificio se puede aspirar a lo máximo, siendo uno mismo y ofreciendo una confianza total en cada acción que se realiza. La palabra rendición, no figura en su diccionario... Y así lo demostraría a lo largo del primer cuarto. Sus 6 primeros lanzamientos fueron errados, pero un tapón a Trevor Booker, desataría la locura entre el público presente y le ayudaría a enlazar 12 puntos de manera consecutiva, que 4 minutos más tarde pasarían a ser 15. 

A lo largo del segundo acto, tocaba descansar mucho, y salir los últimos 5 minutos a darlo todo y seguir "engordando" la cifra anotadora hasta los 25, amenazando con superar su mejor marca de este curso (38) y además, con la progresión y el reto de Shaq de llegar a los 50 puntazos.

Llegó el descanso, algo que precisamente no ha tenido a lo largo de sus 20 años de carrera, a pesar de los cortos parones en verano, las lesiones y los problemas con la justicia... Energías renovadas, y dos objetivos en mente: Remontar los casi 10 puntos de desventaja y despedirse con una imagen digna de recordar ante su gente. Lanzamientos, lanzamientos y más lanzamientos habría en el tercer cuarto, todo para seguir divirtiendo al público. Porque ayer, Kobe era el centro de atención, los que le han abucheado desde 1996, cambiaban los malos gestos y gritos por aplausos y euforia, tal y como reflejaba el mágico anuncio organizado y montado por Nike, la marca que le rescató en sus momentos más duros como profesional y como persona.

Último asalto, su cuarto. Los Jazz se escapaban, las piernas pesaban y "la Mamba" fue a más. Justo cuando más se complicaba el pelear por la victoria final, comenzó a transformar preciosos tiros de 3 y media distancia sin cesar. A falta de dos minutos, la diferencia estaba en torno a 8 tantos respecto a los de Salt Lake City, hasta que decidió jugarse unos ataques complicadísimos resueltos con éxito... como si estuviera tocado por una varita mágica... triples, bandejas, recuperaciones, asistencias y un tiro libre final, fueron la "guinda del pastel" a su despedida, y a uno de sus partidos con más tiros de campo intentados (50), superando en este caso, al número registrado la magnífica noche de los más que famosos 81 puntos frente a Toronto Raptors, cuando lanzó hasta en 46 ocasiones.

Jack Nicholson, Jay-Z, Snoop Dogg y multitud de celebridades que se sentaron en las primeras filas, no daban crédito a lo que estaban viendo, como si alguien les hubiera dicho que la retirada del prodigio de Philadelphia había sido una pesadilla. A su vez, Shaq y Magic le abrazaban y contemplaban como el mito se convertía en leyenda, rodeado por sus números inseparables en el parqué de juego (el 8 y el 24 sustituían el logo de los lakers que siempre lucen dentro de las líneas de 3 puntos).

Aquel chaval que pretendía jugar en la NBA e igualar a Michael Jordan, se retiraba con 60 puntos, respaldado por su inseparable Vanessa y por sus dos hijas, perfectos testigos  del último baile de su marido y padre con el baloncesto, un bailar pegados con final feliz.

Hasta siempre Kobe!
Hecho por: Saúl Roel (@saulroel)

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