Recordando a Kobe Bryant

Autor: Andrés del Olmo (@andres_delo)
Aunque ya ha pasado algo más de un año desde que sucedió, esta entrada es muy especial para mi, ya que llevaba muchos meses, incluso años pensando en como me iba a poder expresar cuando ocurriera lo inevitable, la retirada de Kobe Bryant. Para empezar y para que podáis comprender un poco esta publicación (aunque mi cabeza es difícil de comprender), os diré lo que para mi ha significado este jugador.



Mi pasión por la NBA comenzó allá por el año 2010, cuando Los Ángeles Lakers estaban en la cima del mundo y eran imparables. Al oír esto pensaréis: “seguro que le encantaba Pau Gasol, el héroe local de nuestro país”. Pero no. Yo solo tenía ojos para el jugador con el 24 a sus espaldas que consiguió llevar al equipo a la cima; Kobe Bryant. Ese jugador tenía algo en su forma de jugar y en su pensamiento que ningún otro jugador tenía... Desde el primer momento vi su pasión por ganar, su garra y su competitividad en la pista. Jamás quería perder y si lo hacía, volvía con más fuerza a la siguiente ocasión, como vimos contra los Celtics en las finales de 2010. Kobe nunca fue mi jugador favorito, pero se convirtió en algo aún mayor, mi ídolo. El respeto que sentía por él nunca lo había sentido por ninguna otra celebridad, tanto en deporte, como en cine o música.

Al comienzo de la temporada 2015/2016 ya sabía que a Kobe como mucho le quedaban un par de temporadas en la cancha, pero el día que anunció que ese sería su último año, una parte de mí se sintió amenazada, sin protección. La liga regular siguió su transcurso, y yo cada mañana me levantaba ansioso por ver cómo había jugado mi ídolo, y siempre me encontraba con la triste realidad. Nada es eterno, ni siquiera Kobe, que tenía los peores porcentajes de acierto de su carrera. Por fin llegó su último partido, y no voy a engañaros, me quedé a verlo a pesar de que al día siguiente tenía un examen. La ocasión lo merecía, una parte de mi iba a morir esa noche con su retirada. La ovación de la grada cada vez que tocaba el balón era espectacular, tanto que cuando metió su primera canasta del partido, no pude evitar que se me cayesen unas cuantas lagrimillas. Según transcurría el partido, se veía venir que los Lakers iban a perder, ya que nunca fueron por delante del marcador y el rival siempre llevaba una clara ventaja de unos 12 puntos. 

¿Acaso era esta la mejor despedida posible para un jugador que lo había dado todo por el baloncesto?

Ahora quiero hacer un parón y recordar una cita a la que no le otorgaba validez alguna hasta que el partido llegó a su fin: “Todo lo que has dado por el baloncesto, el baloncesto te lo devolverá”. Kobe Bryant se encendió y empezó a encestar todo para remontar el partido y conseguir la victoria. Sé que la victoria no era importante, pero mi cabeza sabía que Kobe no se podía ir de este mundillo con una derrota. Con 40 segundos aproximadamente para el final de partido, Bryant anotó 2 puntos para poner a su equipo por delante en el marcador. En ese momento encontré sentido a esa frase y sin poder evitarlo, empecé a llorar a lágrima viva. Cuando acabó el partido no podía parar, tenía la cara empapada y los ojos rojísimos. Una parte de mi corazón se había ido con su retirada, y a día de hoy sé que no la voy a poder recuperar nunca. Nadie podrá transmitirme lo que me transmitía él.

Sé que aún hay mucha gente que no comprenderá ni entenderá todo esto, pero he intentado expresarme y transmitir mis sentimientos lo mejor que he podido. Muchos diréis: ” que exagerado, solo se ha retirado un deportista”, pero para mí era mucho más que eso, era la persona en la que me fijé y apoyé para lograr mis objetivos, la persona que me enseñó que con esfuerzo y sacrificio todo se puede conseguir, la persona que me demostró que se puede vivir en un sueño… mi ídolo.

#MambaOut
- Autor de esta entrada: ANDRÉS DEL OLMO (@andres_delo)

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