Los Philadelphia 76ers, homenajearán esta noche a, uno de los mejores jugadores de la última década, de la historia, yo, particularmente, tuve la suerte de empezar a interesarme por el baloncesto, cuando él triunfaba en la NBA, no es ni más ni menos, que Allen Iverson, "The Answer". Frente a Washington Wizards, en el Wells Fargo Center, se hará oficial, la retirada del dorsal Nº3 en su honor, su camiseta subirá a lo alto del pabellón, situándose junto a la de jugadores como: #6 Julius Erving "Dr. J", #13 Wilt Chamberlain, #34 Charles Barkley o #10 Maurice Cheeks, entre otros.
Michael Jordan dijo sobre él que no respetaba el juego. Pero Allen Iverson era magia en una pista de baloncesto y un reflejo de la América negra que luchaba por sobrevivir en los suburbios de todo el país. Sus movimientos dentro y fuera de la cancha, sus brazos siempre tatuados (no era como ahora, que hasta el más tonto lleva tatuajes), su ropa ancha y sus trenzas carcelarias, eran el reflejo de la cultura del hip-hop, un auténtico gangsta en la NBA.
Allen Ezail Iverson verá esta noche retirar su número y ascender su camiseta a los cielos del Wells Fargo Center, el eterno "3", con el que durante más de 10 temporadas dominó la liga con los Philadelphia 76ers, equipo donde vivió los mejores momentos de su carrera y logró situarse entre los más grandes de la historia del baloncesto.
Debemos remontarnos a 1983, yo ni había nacido, para ver a Julius Irving y Moses Malone dominando toda la liga desde la Ciudad del Amor Fraternal... esa fue la última vez que en Philadelphia se vivió una época de ilusión. Hasta el 2001, cuando "The answer", condujo a unos mas que mediocres 76ers a otra final de la NBA, pero, los Lakers de un joven Kobe Bryant y Shaquille O'neal impidieron, en cinco partidos, que lograse adquirir el ansiado anillo, que nunca más tuvo oportunidad de ganar.
Su historia:
Es obvio que no tuvo una infancia fácil. Como muchos jóvenes afroamericanos, Iverson creció rodeado de violencia y gente problemática, en una chabola e hijo de una madre de sólo 15 años. Su padre, yonqui, acabó en la cárcel por acuchillar a una mujer y su padrastro era traficante de crack. A los ocho años presenció su primer asesinato y ese mismo verano ocho de sus amigos fueron heridos en un tiroteo entre bandas, una historia, más propia de "The Wire", que de la vida real.
El 14 de febrero de 1993, siendo aún menor, se vio envuelto, junto con unos amigos, en una pelea con un grupo de adolescentes blancos. Al parecer, el grupo de Iverson estaba montando escándalo, por lo que fueron recriminados, y poco después comenzó una fuerte pelea en la cual, supuestamente Iverson golpeó con una silla a una chica blanca. Él fue juzgado como mayor de edad a pesar de tener únicamente 17 años, lo que ocurrió ese día nunca estuvo claro, las imágenes de las cámaras de seguridad nunca mostraron nada concluyente, pero aceptando la versión de dos testigos blancos, y rechazando a otro negro, un juez conservador, siendo educado, xenófobo, siendo realista, sólo con ver los antecedentes del joven afroamericano hicieron que la balanza se inclinase en su contra.
Sus problemas con la justicia no habían hecho más que empezar y, así, jugando ya en la NBA, en 1997, la policía le detuvo por exceso de velocidad y fue condenado a trabajos comunitarios por posesión de droga y por llevar un arma oculta.
Según el propio jugador, esa parte de su vida, le enseñó una cosa: “Sólo los más fuertes sobreviven”. La frase que lleva tatuada en su cuerpo, la recordará día a día.
Mientras estaba en el correccional de menores, (por la pelea con los blancos) su madre, visitó al que sería su futuro entrenador, para pedirle ayuda con su hijo, conmovido por la historia del crío, decidió pasarse por el Instituto Bethel, para verle jugar, tras verle unos minutos, habló con él, y le convenció para estudiar y jugar en la prestigiosa Universidad de Georgetown, pero le avisó que debía comportarse. Una beca para dicha universidad y, el ya mencionado, John Thompson, su entrenador, fueron sus salvavidas en una vida destinada al plomo. Su calidad enloquecía al público, iba gente de todo el país a verle jugar con los Hoyas de Georgetown y sólo dos años después, en 1996, Iverson optó por dar el salto definitivo a la NBA, más que por ganas, por necesidad, pues una de sus hermanas pequeñas estaba gravemente enferma, y carecían de recursos. Los Sixers, eligiéndole como Nº1 del Draft, serían su destino. La NBA comenzó a notar un aroma diferente cuando él estaba en la cancha. Controlaba el ritmo del partido a su antojo, hacía lo que quería con sus rivales, gracias a su gran talento natural, esa forma de moverse, como si estuviera en la cancha del barrio, además, no temía enfrentarse en el uno contra uno con jugadores que sobrepasaban su " metro 83". Pero lo que le ha hecho inmortal, y por lo que pasará a la historia, fue su habilidad para el crossover y su increíble estilo para, dejarte roto en el suelo, y clavártela en la cara, lo que no gustaba a la vieja guardia de la NBA como Charles Barkley, Michael Jordan o Scottie Pippen.
No le importaba. "Soy quien soy. Eso nunca lo podrás cambiar", decía. Con 1,83 es el jugador más bajo en lograr un premio MVP, fue en la temporada 2000-2001, el año que alcanzó las finales contra Lakers. Además, fue nombrado rookie del año en 1997, en 3 ocasiones, fue seleccionado para el mejor equipo de la liga, y otras 3, para el segundo mejor, a esto, debemos sumarle que fue cuatro veces máximo anotador de la Liga y logró alzarse dos veces con el MVP de un All Star, de los 11 en los que participó. Logró 24.368 puntos en su carrera, lo que le coloca como el 19º máximo anotador de la historia, pero ha jugado menos partidos que la mayoría de los que encabezan esa lista, si hicieramos los puntos por partido totales, Allen Iverson estaría colocado en la 6ª posición.
Ahora viene lo malo de su vida: Ganó casi 200 millones de dólares en sus catorce temporadas entre Philadelphia, Denver, Detroit y Memphis. 200 millones, sólo en contratos deportivos, ni que decir tiene la publicidad, etc... Todo ese dinero se ha evaporado, por una conducta explosiva y manías estupidas, como comprarse ropa nueva en todos sus desplazamientos y abandonarla una vez que abandonada rumbo a un nuevo destino. Pero lo peor de todo han sido sus problemas con el alcohol, las drogas, las mujeres y el juego. Ahora sin dinero, vienen los problemas con su ex-mujer, Tawanna, su novia desde el instituto, que le reclama el dinero de la manutención de sus cinco hijos (cifra que podría alcanzar el 1.2 millón de dólares), un dinero que ya no tiene, los problemas siguen aumentando cuando decidió no pagar los costes de sus abogados, para este caso, hecho que le ha costado una sanción de casi 64.000 dólares, que tampoco tiene, y por si fuera poco, en la lucha del divorcio perdió su mansión de Atlanta, valorada en 4.5 millones de dólares.
“Iverson es como Tupac. Ambos quisieron decirle a América que no habían cambiado, sino que la sociedad les había transformado en lo que se esperaba de un negro del gueto”, señaló el sociólogo Michael Eric Dyson.
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